Luego de 13 años Roy Ellis volvió a presentarse en la ciudad de Bogotá en una fecha que quedó consignada en la historia. un recinto a reventar lleno de skinheads, rude boys y amantes del reggae en general, con un cartel de lujo para el festival que nos merecíamos.
La semana anterior el reggae se tomó a Bogotá, todo inició el sábado 9 con un toque de Los Barrelshots desde Ecuador, El Punto Ska y King Alex, un excelente warm up para todo lo que se venía.
Apoteósica, tremenda, una retrochimba, áspera, nítida, mela, de kilo, una gonorrea, o como quieran definirla, así estuvo la fiesta del jueves, con foto y firma de autógrafos como motivación principal, y con el Sistema Sonoro Fuego Negro y un line up de selectas de Medellín, México y Costa Rica, que nos tuvieron bailando y cantando de principio a fin.
Y llegó el gran día esperado por todos, algunos iban a repetir, otros por primera vez, pero al final de la noche ninguno puede decir que salió decepcionado, lo de Roy Ellis no tuvo comparación, que presentación tan brutal, desde que inició con Wang Yu hasta el cierre con These Boots Are Made For Stomping, y con una alineación de lujo en el cartel, Los Candelarians, Los Barrelshots y Thee Prostithutes, tal cual como dicen los muchachos en el barrio “sin palabras”…
Seguramente por la falta que hacía un evento de esta magnitud, luego de dos años de pausa por culpa del Covid, o por la oportunidad casi escasa, por lo menos aquí, de ver en vivo y en directo a uno de los “oldies”, hicieron que la gente saliera de una a comprar su entrada, incluso personas de otros países llegaron a Bogotá para presenciar el show.
Lo cual demuestra que cuando se poner a la música como única protagonista, el público va a responder no solo en la taquilla, sino con el comportamiento, porque, lo que hubiese podido ser un cóctel molotov listo para estallar en cualquier momento, término siendo un cabeza de jabalí, que a pesar de mezclar tantos “destilados” entró sabroso y todavía nos tiene la cabeza (y el corazón) dando vueltas …
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