Para esta edición del festival, la ciudad de la eterna primavera recibió lo mejor del Ska originario del sur del Valle de Aburrá. En esta oportunidad La Pascasia sirvió como refugio de los sonidos a contratiempo.
Caldas – Antioquia se ha caracterizado en los últimos años por ser un territorio fundamental para el desarrollo cultural antioqueño, como parte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Cielo Roto se ha tornado en un espacio donde surgen fenómenos musicales y artísticos merecedores de todos los elogios. La virtud y la alegría puestas a disposición del jolgorio popular.
Esta alegría, tan propia de los habitantes de Caldas, se ve reflejada en sus músicos y en su puesta en escena, y así lo pudimos comprobar en la tercera edición del Skaldas Fest que, como dato curioso, salió de sus fronteras para tomar su lugar en La Pascasia, en pleno centro de la ciudad de Medellín. Con un cartel lleno de bandas representativas del sonido Caldense y teniendo como invitada a la legendaria banda Niquitown, agrupación que hace parte del núcleo esencial del sonido ska colombiano, los asistentes al festival comprobaron con suficiencia el gran nivel por el que, ya hace un buen rato, pasan las bandas originarias de Antioquia.
2 TONE BROTHERS
“En Caldas nos gusta la noche, la cerveza y el Ska”.
Abriendo la noche, con ska 2tone puro y duro, reggae y rocksteady de calle, los 2 Tone Brothers iban calentando la noche con un repaso a su naciente repertorio. Este cuarteto conformado por integrantes de bandas de Caldas como Memoria Insuficiente y La Furruska, dispuso de un derroche de musicalidad pasando por la “Cumbia Árabe” clásico de la cumbia peruana popularizado en tierras colombianas por Afrosound, una versión del tradicional jazz “Watermelon Man” y el clásico de clásicos “Eastern Western Time”. De su composición, deleitaron al público con los primeros cortes de su próximo trabajo discográfico denominado “Gonorreismo Mágico” entre los cuales se destacan “¡Ay mamá!” y “De la cabeza a los pies”.
Para resaltar, los 2 Tone Brothers se apropiaron del lugar con un clásico salsero de la T.N.T. Band “Sabré Olvidar” majestuosamente interpretado por su saxofonista quien con una puesta en tablas casi teatral se robó los aplausos de los presentes.

NIQUITOWN
“La ley en mi barrio nunca ha estado escrita, sino que se aprende en cualquier esquina, la vida se gana o se pierde algún día tal vez por las balas de algún… policía”.
Don Vito, vocalista de la banda, entró al lugar cerca de las 6:00 p.m. y se le veía claramente afectado por un fuerte malestar gripal. Sin embargo, eso no fue obstáculo para que Niquitown tirara abajo la casa al son de cada uno de sus emblemáticas canciones. Con guitarras bien clasheras, letras contestatarias e historias barriales, el Skaldas Fest recordó la génesis del sonido ska en tierras antioqueñas.
“El cambio es ahora”, “Hazlo tú mismo”, “Jornada Laboral” y “Calle Navajas” fueron entonadas con facilidad por los asistentes en medio del baile que comenzaba a tomar fuerza.
Con la actitud que faculta al experimentado y con total entrega, Don Vito no falló en la ejecución de su doble tempo en “Perros Bravos”, temazo con una influencia Madness que acompaña una letra brava llena de realismo.
Entre ovaciones, Niquitown se retiró de la tarima confirmando que su sonido y sus líricas siguen vigentes y que, además, tiene gasolina de sobra para seguir rodando en cualquier escenario.

MEMORIA INSUFICIENTE
“No nacimos en Kingston, no hablamos inglés, pero el ritmo de memoria te va a enloquecer”.
Memoria no toca ska, le rinde culto al ritmo. La promesa caldense dejó de serlo y se presenta como una banda consolidada ad portas de su décimo aniversario, su historial cuenta con varias participaciones en el Festival Altavoz, visitas a diferentes ciudades del país y un debut internacional en México participando del Non Stop Ska Festival.
Sus integrantes juegan entre un instrumento y otro, el pianista pasa al clarinete y el trombonista lo reemplaza en el piano, el talento desborda y la alegría también, se gozan tocar y eso se pone de relieve en la tarima. Su tradicional grito de guerra “Let’s Go To Dance Ska” fue acompañado por los tonos de “Su Aroma” y “Yo Voy”, pasando luego por “Hipocrecia” y una canción con una letra que nos pone nostálgicos y reflexivos “Llueve”.
Cobró mayor interés la dedicatoria realizada por el cantante Daniel Tirado al momento de interpretar “El Ritmo de Memoria”. Visiblemente conmovido recordó la existencia de un amigo cercano que ya no nos acompaña.
Adornando una presentación impecable, Memoria rindió tributo al ska colombiano con un popurrí de canciones de bandas que acompañaron nuestra juventud, por los lados de Antioquía sonó “Sábado En La Noche” de los Coffee Makers y “Boca’e Caimán” del combo bogotano Los Elefantes.

INDOCUMENTADOS SKA
“Esta es la llama que arde en mi interior, orgullosos y elegantes, siempre somos rude boys”.
Hablar de 2 tone colombiano es hablar de Indocumentados Ska, con todo el sentimiento rude, Indocumentados estalló el escenario con una actuación que invita a moverse, ¡Pura energía en tarima! No hay derecho a permanecer estático.
El guitarrista lidió su presentación sin una de sus cuerdas y tan malabarista fue que sonaron a la perfección, bajo y batería sincronizados, síncope perfecto, el saxofón fue el catalizador que derivó en un baile frenético de Skinheads y Rude Boys, alentado por un show man por antonomasia Daniel “El Rudo” Restrepo.
“Indocumentado soy”, “Soldados de asfalto”, “Bovver Boys”, “Firmes y Elegantes” fueron pasando de manera explosiva hasta el momento en que sonó “Vámonos”, tema con un coro super soneado y que va en consonancia con un sonido latino cadencioso. Una guitarra sonando como un tres puertorriqueño y sigue siendo 2 tone.
Como sorpresa del evento, los Indocumentados presentaron su nueva canción “No pretendas” a son de early reggae, en compañía de la gran voz de Alejandra González vocalista de la banda de Ska Punk Amplifaiers, una canción para almas dolidas por el desamor, un salto en el discurso de la banda que cayó muy bien entre los espectadores.

LA FURRUSKA
“La solución a tus problemas viene ya, sonido Ska traqueando en toda la ciudad, sonido Ska traqueando en toda la ciudad”.
Esto va sin frenos, la alegría es el común denominador, la Furru continua con la fiesta hasta su cierre. Caloma, virtuoso guitarrista, interpreta canción por canción con todo el sentimiento, la sonrisa no se borra de su rostro. Desde el bajo es correspondido y el sabor se decanta en el ambiente. El saxo barítono da pasos de elefante y Hans Usma toca la batería como si solo fuera cosa de respirar, hace ver lo difícil fácil y no se equivoca. Santiago acompaña con otro saxo alto y todo es complicidad musical.
A modo de front man el trompetista toca, acompaña los vientos y hace solos salvajes, cuando no interviene con su instrumento canta para sí las canciones, esas canciones que son la realidad de Caldas y Medallo, la realidad de todos.
“Muchas canciones en la vida podemos cantar y de muchos temas hablar, hay cosas mejores en la vida que criticar…”.
Y así sucede, “Abrumado” pone a sudar las paredes de La Pascasia y los coros y vitores no cesan para la banda que no la para nadie: -A mover esos huesos. Caloma invita al descontrol de manera desafiante y la gente obedece. El tren Caldense sigue su trayecto por “Soy del pueblo”, “Psicópata”, “Buen sonido”, toma prestada “Artibella” y la aplica al mal del corazón y el parche sigue alborotado al ritmo del Ska.
“Yo he caminado con raperos, con rockeros y en las calles de los barrios hasta con los más salseros (…) y no está mal”.
Suena “Chicos divertidos” y se siente como si el barrio se hubiera metido en el bar, siendo el bar parte del barrio. La gente enloquece con “Rogelio” mientras la banda es solo carcajadas y transmite toda esa alegría como si uno fuera el que estuviera arriba tocando o cantando.
Todo tiene su final, los vientos introducen los compases de “Fiesta rude” y automáticamente nos acordamos de ese parcero que hemos perdido por el camino, ese amigo que de pronto nos lo arrebató la violencia o el simple transcurso de la vida.

Tremendo cierre para un evento redondo, todo salió bien, la locación funcionó, el público fue el mejor y se respiró amistad y camaradería. 10 puntos para un Skaldas Fest que salió de su nicho natural a comerse la ciudad. Esperamos con ansias el próximo festival.
Autor: Jimmy Banana